Los mamíferos pueden regenerar las puntas de los dedos de las manos y los pies después de la amputación, y ahora una nueva investigación muestra cómo las células madre en la uña juegan un papel en ese proceso.
Un estudio en ratones, detallado en línea hoy (12 de junio) en la revista Nature, revela la señal química que provoca que las células madre se desarrollen en nuevo tejido ungueal, y también atrae nervios que promueven la regeneración de las uñas y los huesos.
Los hallazgos sugieren que las células madre de las uñas podrían usarse para desarrollar nuevos tratamientos para los amputados, dijeron los investigadores.
En ratones y personas, regenerar un dedo o un dedo del pie amputado implica volver a crecer la uña. Pero si la parte amputada del dígito puede volver a crecer depende exactamente de dónde ocurre la amputación: si las células madre debajo de la uña se amputan junto con el dígito, no se produce un nuevo crecimiento, pero si las células madre permanecen, es posible que vuelva a crecer.
Para comprender por qué estas células madre son cruciales para la regeneración, los investigadores recurrieron a los ratones. Los científicos realizaron amputaciones de dedos de los pies en dos grupos de ratones: un grupo de ratones normales y un grupo que fue tratado con un medicamento que los hizo incapaces de hacer las señales para que se desarrollen nuevas células ungueales.
Descubrieron que las señales que guiaban el desarrollo de las células madre hacia las células de las uñas eran vitales para regenerar los dígitos amputados. Cinco semanas después de la amputación, los ratones normales habían regenerado el dedo del pie y la uña del pie. Pero los ratones que carecían de la señal de la uña no pudieron volver a crecer ni las uñas ni el propio dedo del pie, porque las células madre carecían de las señales que promueven el desarrollo de las células de la uña. Cuando los investigadores reabastecieron estas señales, los dedos de los pies se regeneraron con éxito.
En otro experimento, los investigadores extirparon quirúrgicamente los nervios de los dedos de los pies de los ratones antes de amputarlos. Esto perjudicó significativamente la regeneración de las células ungueales, similar a lo que sucedió con los ratones que carecían de las señales para producir nuevas uñas. Además, la eliminación del nervio disminuyó los niveles de ciertas proteínas que promueven el crecimiento del tejido.
Juntos, los resultados muestran que las células madre de las uñas son críticas para volver a crecer un dígito perdido en ratones. Si lo mismo resulta ser cierto en humanos, los hallazgos podrían conducir a mejores tratamientos para los amputados.
Otros animales, incluidos los anfibios, también pueden regenerar extremidades perdidas. Por ejemplo, las salamandras acuáticas pueden regenerar extremidades completas o incluso partes de su corazón, un proceso que involucra células en su sistema inmunológico. Al estudiar estos fenómenos en otros animales, podría ser posible mejorar el potencial regenerativo en las personas, dijeron los investigadores.